Ciencia & Tecnología
Estudio biológico desde la perspectiva evolutiva, apenas empieza
Genética y evolución tuvieron caminos diferentes hasta mediados del siglo pasado. Cuando se unieron estas dos líneas hubo una explosión de nuevos conocimientos, se establecieron novedosas relaciones y surgieron aplicaciones interesantes. En opinión del Director del Instituto de Genética de la Universidad Nacional de Colombia, Luis Fernando Cadavid, hoy las posibilidades del estudio biológico, desde la perspectiva evolutiva, apenas empieza.
Bogotá D. C., 25 de febrero de 2009 — Agencia de Noticias UN–Los corales son microorganismos complejos que hoy son estudiados desde la genética, con un análisis evolutivo


Las gigantes bases de datos modernas se convierten en un aliado indispensable para el estudio de la evolución genética


Según el profesor Cadavid, experto en evolución de sistemas inmunológicos, en el Instituto de Genética se trabaja desde esa concepción prospectiva. “Hay toda un área nueva de investigación de sistemas complejos biológicos, que toma elementos de la teoría evolutiva, pero se enriquece, además, de los desarrollos en muchas otras áreas”.
El científico explicó que, por un lado, el Instituto tiene un grupo en genética de poblaciones que estudia las dinámicas evolutivas de los pueblos humanos a corto plazo y cómo los distintos fenómenos pueden explicar algunas de las diferencias que pueden existir entre esos pueblos.
De otro lado, está el grupo de inmunología evolutiva que intenta entender los mecanismos, tendencias y fuerzas que han moldeado las respuestas inmunes en los animales. Un ejemplo es el trabajo con organismos primitivos como corales y esponjas de mar. Las preguntas que se hacen los científicos del Instituto es cómo están dotados estos seres para responder a potenciales patógenos que pueden causarles eventuales enfermedades.
El trabajo genético, desde el punto de vista evolutivo, también es valioso para entender detalles en cuanto a la estructura del sistema inmune de animales que están en vía o peligro de extinción. Es el caso específico de los primates del nuevo mundo. Varias de estas especies, propias del territorio nacional, son vulnerables por su susceptibilidad a virus que normalmente no causan mayor enfermedad en otras especies que comparten el mismo hábitat.
“Lo que hemos visto es que la dinámica evolutiva, en este último caso, tiene sus propias características, mecanismos evolutivos que no se han visto en otras especies, y que, de algún modo, pueden explicar el porqué estas relaciones hospedero-parásito pueden llevar a una alta susceptibilidad en enfermedades en estas especies”, afirma Cadavid.
Sobre los caminos que recorrerá la teoría de la evolución en el futuro inmediato, Cadavid enfatiza que se comienzan a abrir campos inexplorados. Está, por ejemplo, la teoría de redes complejas, originalmente desarrollada por físicos y matemáticos, pero que ahora se incorpora a la biología para tratar de entender las complejas relaciones que pueden existir, a varios niveles de jerarquía, en la organización biológica, desde la célula, las interacciones entre células e incluso las interacciones entre individuos en una comunidad.
El docente asegura que la complejidad es una línea de investigación naciente y que, seguramente, la que más potencialidad de desarrollo tiene desde el punto de vista de cómo los sistemas complejos evolucionan. Este es campo científico que se ve potenciado por las grandes bases de datos, sobre todo de secuencias de ADN y de proteínas, que permiten, por lo menos, direccionar algunas de las preguntas grandes en evolución.
“En el Instituto de Genética tenemos un centro de bioinformática en donde intentamos desarrollar proyectos en genómica comparativa, dado que muchos genomas, en varios reinos de la vida ya están secuenciados. Esto hace posible tomar esos datos y hacer preguntas de cómo evolucionan los genomas y cómo evolucionan familias génicas, y eso lo hacemos activamente aquí”, explica el profesor Cadavid.
En Colombia, sobre el desarrollo de investigaciones en evolución, se destacan esfuerzos individuales importantes, pero a juicio del Director del Instituto de Genética, faltaría congregar esos esfuerzos en un plan de largo plazo.
“Sería muy interesante consolidar una sociedad colombiana para el estudio de la evolución, en donde todos estos temas y directrices se fijaran y se discutieran a nivel académico y, posteriormente, pudieran tener una repercusión en cómo se financian estos tipos de proyectos”, concluye Cadavid.
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