Educación
La U.N. distingue a cuatro egresados ilustres
Por su reconocimiento internacional, los aportes al sector público y a la esfera cultural del país, el Consejo Superior Universitario de la Universidad Nacional de Colombia distinguió a sus egresados: Antonio Hernández Gamarra, Celso Román, Carlos Alberto Barberi Perdomo y Manuel Patarroyo.
Bogotá D. C., 25 de mayo de 2016 — Agencia de Noticias UN-Celso Román, Antonio Hernández Gamarra, Manuel Elkin Patarroyo (a quien le fue entregado el reconocimiento para su hermano), y Carlos Barbieri.


Carlos Alberto Barbieri fue el líder del proceso por el cual se logró la restauración del edifico de ingeniería.


“Los egresados son, como en cualquier industria, un producto hecho en la Universidad. Por tanto, en la medida en que ellos sean excelentes, el trabajo de la Institución es excelente”, afirmó el profesor Ignacio Mantilla, rector de la U.N., durante el acto protocolario de entrega de los reconocimientos, realizado esta noche en el Auditorio Alfonso López Pumarejo.
Celso Román nació en Bogotá el 6 de noviembre de 1947, aunque se graduó como médico veterinario de la U.N., optó por el camino del arte, la literatura y la docencia universitaria. Realizó el magíster en Artes Plásticas de la Facultad de Artes y también se formó en el Instituto Pratt de Nueva York, ciudad donde han exhibido varias de sus esculturas.
Sin embargo, en el ámbito de la literatura infantil ha obtenido el mayor reconocimiento, gracias a obras como El imperio de las cinco lunas, Las cosas de la casa y Mejor en la montaña.
“Lo que nos caracteriza a los alumnos de la Universidad Nacional es precisamente la sensibilidad al entorno natural y al social. Y cuando uno descubre que tiene la capacidad de reflejarlo, lo hace”, señaló Celso Román, cuya infancia, rodeada de mascotas, ha marcado buena parte de su obra literaria. “Quien tiene hijos conoce a Celso Román”, añadió el decano de la Facultad de ingeniería José Ismael Peña, quien presidió la ceremonia.
Antonio Hernández Gamarra, nacido hace 72 años en el municipio de San Luis de Sincé (Sucre), se graduó como economista en 1966. Además de desempeñarse como contralor General de la República, también ha sido secretario económico de la Presidencia de la República, integrante de la Junta Directiva del Banco de la República y ministro de Agricultura.
“Concurro a este acto ungido con el óleo sagrado de la gratitud”, afirmó el excontralor, quien se ratificó como un hijo legítimo de la educación pública y gratuita del país, dadas las circunstancias en las que llegó a la U.N., en Bogotá. “Con frío, pero sobre todo con el temor de no poder aprobar el examen de admisión una mañana de 1962, porque mi familia no tenía cómo costearnos una universidad privada”.
Entre las publicaciones de Antonio Hernández Gamarra se destacan trabajos sobre la historia de la moneda en Colombia, la banca central, el desarrollo regional y sobre la reforma de las regalías en el país.
Otro de los egresados reconocidos fue Manuel Patarroyo Murillo, hermano del científico Manuel Elkin Patarroyo, quien ha dedicado la mayoría de sus esfuerzos a la investigación médica por el desarrollo de la vacuna contra la malaria.
Médico de la Universidad Nacional desde 1979, el profesor Patarroyo, preside en Riga (Letonia) un congreso sobre la formación de metástasis de las células cancerosas, su especialidad médica. Sin embargo, su centro de investigación es el Instituto Karolinska (Suecia), reconocida como una de las mejores facultades de medicina del mundo, y donde se han formado varios médicos que han obtenido el premio nobel.
Karolinska alberga un total de 359 profesores. Manuel Patarroyo es uno de los cinco profesores con el más alto rango (Full proffesor) en Karolinska. “Tiene su propio grupo de investigación en un centro que exige que su profesorado haya nacido en Suecia, Noruega, Finlandia, Islandia o Dinamarca, pero él nació en Girardot”, ilustró el creador de la vacuna contra la malaria, quien recibió la distinción a nombre de su hermano.
Carlos Alberto Barbieri, nacido también en el Tolima, dejó para la posteridad su nombre en la U.N., pues uno de los auditorios de la Facultad de Ingeniería fue bautizado con su nombre.
Socio fundador de la firma Prabyc Ingenieros Ltda., Carlos Alberto Barberi fue uno de los líderes dentro del proceso de donación de 6 mil millones de pesos con los que se logró la restauración del emblemático edificio 401 de la institución.
“Hasta que tenga vida, la Universidad Nacional puede contar conmigo, para asesorar gratuitamente, procesos de donaciones con los cuales se pueda mejorar la planta física de la Institución”, concluyó el ingeniero civil de la U.N.
(Por: fin/HEVC/dmh/APBL)N.° 803