Medioambiente
El suelo también es un gran reservorio de carbono
A medida que aumenta la altitud y la edad de recuperación del bosque también lo hace el carbono del suelo, cuya principal fuente es la descomposición de materia orgánica proveniente de la vegetación.
Medellín, 05 de abril de 2018 — Agencia de Noticias UN-A raíz de este hallazgo en una investigación realizada en el área de influencia del Proyecto Hidroeléctrico Ituango (Hidroituango), se resalta la importancia de incluir el suelo en las negociaciones de bonos de carbono, un mecanismo en pro de la mitigación del cambio climático.
Adoptar esta medida es fundamental porque la captura de carbono en el suelo no ha sido suficientemente estudiada en el país ni se tiene en cuenta en programas como ONU-REDD –en el que participa Colombia–, el cual busca fortalecer la preparación del país para implementar un mecanismo de incentivos con el objetivo de reducir emisiones originadas por deforestación.
Así lo advierte Daniela Herrera, estudiante de la Maestría en Bosques y Conservación Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Medellín, quien explica que cuando se conserva un bosque no solo se mantiene el carbono de los árboles sino también el del suelo.
Debido a que el suelo no es uniforme sino que tiene muchas variables, la investigación indagó por sus capacidades de almacenamiento de carbono, algo poco estudiado respecto al carbono arbóreo.
Flavio Moreno, profesor del Departamento de Ciencias Forestales de la Facultad de Ciencias Agrarias de la U.N. Sede Medellín, detalla que “a medida que sube la cobertura de los árboles baja la temperatura y eso preserva el carbono”. En ese sentido, “los bosques y los ecosistemas de zonas altas almacenan más carbono en el suelo que los de zonas bajas”.
La investigación se realizó en el área de influencia de Hidroituango, sobre el río Cauca en el Cañón del Cauca de la cordillera Central, en Antioquia, donde se establecieron 70 parcelas permanentes de 50 x 20 metros cada una, en áreas a 286 y 1.703 msnm. De ellas, 27 correspondieron a bosque húmedo premontano, 35 a bosque seco tropical y 8 a bosque húmedo tropical.
Allí se hicieron hoyos de los que se tomaron muestras de profundidades de entre 0 y 10 cm, 10 y 20 cm, 30 y 50 cm, 50 y 70 cm y 70 y 100 cm para análisis de fertilidad, textura y densidad del suelo. Con los resultados, usando métodos matemáticos y estadísticos, se estimó el contenido de carbono en cada parcela.
La topografía influye
Otra conclusión de la investigación es que la topografía también es un determinante en el almacenamiento de carbono en el suelo, ya que se encontró más en las áreas cercanas a las cañadas o concavidades que en las pendientes. Eso se debe a que se acumula la materia orgánica y humedad, por lo que los árboles crecen más.
Según el estudio, a medida que avanza la sucesión o aumenta la edad de recuperación del suelo hay más carbono en este que en zonas de ganadería o agricultura, siendo el bosque seco tropical el más afectado.
La investigadora Herrera considera que el cambio de uso del suelo es un factor importante porque cuando se pasa de bosques a otros usos se pierde carbono, tanto en las coberturas como en el suelo. Por consiguiente, cuando se conserva un bosque no solo se mantiene el carbono de los árboles sino también el del suelo.
La investigación se realizó como parte de un estudio de extensión con Empresas Públicas de Medellín (EPM).
(Por: Fin/KAGG/MLA/LOF)N.° 373