Salud
El hambre oculta, un problema en el país en 2015
Según la Obsán, en Colombia no existe una política pública en Seguridad Alimentaria y Nutricional. Son urgentes cambios estructurales de fondo.
Bogotá D. C., 18 de abril de 2012 — Agencia de Noticias UN-El Observatorio de Seguridad Alimentaria y Nutricional de la UN (Obsán) considera que es necesario comenzar una reflexión para resolver las variables del documento existente porque para solucionar el problema del hambre no es suficiente escribirlo. Lo importante es hacerlo y hasta la fecha, según argumenta el Observatorio, poco o nada se está haciendo.
“Hay diferentes formas de hambre, no sé cuál es más cruel para las poblaciones: si la africana o el hambre oculta como en Colombia. Y si bien encontramos mucha reglamentación en el país para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional (SAN) como derecho, se está haciendo muy poco para hacerlo efectivo”, expresa Sara del Castillo, nutricionista y coordinadora del Obsán.
La docente agrega que, si bien se planteó una política nacional en 2008 con el fin de lograr que toda la población colombiana consumiera alimentos de forma permanente y en cantidad suficiente, la situación que se vive en la actualidad es muy distinta: “La vulneración del derecho a la SAN es efectivamente una realidad que estamos viviendo. No son cifras alentadoras, son preocupantes”.
Panorama y análisis
Según la Encuesta Nacional de la Situación Nutricional en Colombia de 2010 (Ensin), la prevalencia de anemia en el grupo de niños de 6 a 59 meses de la muestra fue del 27,5 % y de las gestantes fue del 17,9 %. Los mayores porcentajes se encontraron en Meta y Amazonas, con 42,6 % y 43,9 %, respectivamente.
“Llama la atención que Meta tenga uno de los mayores porcentajes de anemia, pero que sea el departamento que más regalías recibe en este país. Y que, a pesar de esto, los recursos de los planes de desarrollo no toquen alternativas para solucionar los problemas nutricionales que afectan el futuro de la gente y posibilitan mejorar las condiciones para las poblaciones de esta región”, anota la nutricionista.
La coordinadora del Obsán hizo hincapié en la relación entre el hambre y la pobreza y llamó la atención sobre la situación de la población rural.
Según los patrones de crecimiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 13,2 % de los niños colombianos menores de 5 años presentó un retraso en la talla. Por lugar de residencia, el porcentaje fue de mayor prevalencia en el área rural (17 %) que en el área urbana (11,6 %). Según las características socioeconómicas, los niños con la prevalencia más alta de retraso en talla fueron los hijos de mujeres sin educación, de 31,3 % y 10,8 %, respectivamente.
Por su parte, en los niños indígenas que hacían parte de la muestra de la Ensin 2010, el porcentaje de desnutrición crónica y crónica severa fue más alto que en los niños afrodescendientes (29,5 % y 9,4 % frente a 10,6 % y 1,8 %, respectivamente) y significativamente mayor a la población clasificada en la categoría de otros (12,6 % y 2,4 %).
“Los problemas nutricionales, que son el efecto del hambre oculta, se presentan en las poblaciones más olvidadas. Esta situación evidencia un problema de inequidad y una clara ausencia de las entidades que deben responder por este asunto”, declara.
A juicio de la nutricionista, esta problemática se verá reflejada de igual manera en la encuesta de 2015 y, además, se presentarán las mismas situaciones de inseguridad alimentaria. “Es un poco cínico por parte de la institucionalidad aceptar los problemas, pero no hacer nada en décadas para resolverlo. El derecho a la SAN está lejos de ser satisfecho en este país. Son diez años ya de saber los problemas y son los mismos años de no hacer ni efectuar intervenciones que incidan en los problemas nutricionales que tienen los colombianos”, manifestó.
Problemática y planteamientos
“La disponibilidad no es el problema, es el acceso: el ingreso económico de las poblaciones y la posibilidad de acceder a esos alimentos. Además, es necesario entender que detrás de la SAN, hay problemáticas estructurales y que para resolver la situación nutricional se debe abordar todo en conjunto. Y los Gobiernos deben recurrir a políticas públicas que cierren esas brechas para permitir que las poblaciones accedan a la cantidad de alimentos que requieren”, anota la docente.
Del Castillo añade que la Obsán plantea como solución analizar y abarcar más conceptos relacionados con la seguridad humana (pobreza, nivel educativo) y la seguridad ambiental, porque la SAN afecta las esferas del desarrollo social, económico y político de un país. Además, la soberanía alimentaria (que el grupo entiende como el poder y la capacidad para decidir qué, cómo, cuándo y cuánto se produce y se consume) debe ser una dimensión política de la SAN.
“Mientras no se resuelvan los problemas centrales de las poblaciones y la posibilidad de consumir alimentos adecuados y suficientes, el problema del hambre en el país solo cosechará lo que cosecha: pobreza, violencia, inseguridad. Este país no se muere de hambre como en África, pero difícilmente se puede construir desarrollo si no mejoran las condiciones alimentarias y nutricionales”, concluye.
(Por: Fin/dpr/clc/fgd)N.° 973