Artes & Culturas
El arte del Laboratorio Cano 5, de boca en boca
Los saberes generacionales –heredados de los ancestros– y los saberes circunstanciales –transmitidos por medio del contacto personal– fueron los ejes temáticos sobre los que se fundamentaron las obras de los artistas participantes en el Laboratorio Cano 5.
Bogotá D. C., 16 de agosto de 2018 — Agencia de Noticias UN-La quinta versión de este proyecto, titulada “De boca en boca”, reúne los resultados de un trabajo conjunto entre los curadores que participaron del Laboratorio y los artistas de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) que respondieron a la convocatoria.
Las obras que componen la muestra se construyeron en un trabajo conjunto entre los estudiantes tanto de Artes Plásticas –que participaron como curadores– como de otros programas de la U.N., que respondieron a la convocatoria en calidad de artistas.
Con estos escenarios, la Dirección de Patrimonio Cultural le quiere brindar a los estudiantes la oportunidad de acercarse a la realidad del trabajo curatorial. Según explicó Olga Foronda, coordinadora del Laboratorio, este proyecto está integrado por una serie de talleres que contaron con la guía de tutores como Claudia Segura (de España) Mario Opazo, Ramón Uribe y María Belén Sáez de Ibarra, entre otros.
“Son talleres orientados a que los estudiantes aprendan un poco de curaduría, aunque también se trata de saber cómo trabajar en un museo, buscar recursos y gestionarlos; cómo abrir una convocatoria al público y cómo producir la exposición”, explica la coordinadora Foronda, quien también fue una de las tutoras del Laboratorio.
Para la curadora Claudia Segura, quien es directora y curadora en jefe de NC-arte en Bogotá y actualmente trabaja en la muestra Cildo Meireles, para el Museo del Banco de la República, el Laboratorio es un proyecto muy interesante, porque permite que los participantes expresen problemáticas y trabajen en colectivo entendiendo lo que es negociar, escuchar y aprender mientras acompañan procesos de producción artística.
Arnold Consuegra, uno de los 14 curadores de la muestra “De boca en boca”, asegura que se trató de un proceso muy enriquecedor y prolongado, pues tardó alrededor de seis meses. “En este tiempo aprendimos cosas como el montaje, la gestión, la difusión y la creación de conceptos”, manifiesta el curador. A pesar de lo complejo que puede resultar el trabajo en equipo al final se lograron buenos acuerdos que enaltecieron la práctica artística, destaca.
“Como lo quieras llamar…”
Paola Correa, magíster en Teatro y Artes Vivas de la U.N., es la autora de “Como lo quieras llamar o si me puedes leer”, uno de los 17 proyectos que se presentan en la exposición. En este, la artista desarrolló dentro del Laboratorio un performance en el que se reflexiona acerca de la escritura como una tradición y una forma de hacer memoria.
Durante la inauguración, la autora observó cómo los invitados fueron completando su obra escribiendo sus recuerdos en las máquinas de escribir que la componían.
“Permitirse el espacio del laboratorio hace que tu pensamiento y tu idea empiece a cambiar y si estas abierto y sensible a escuchar lo que va pasando esto puede llevar a muy buenos resultados”, destaca la artista. Los curadores estuvieron prestos desde el comienzo del proyecto, algo que fue muy importante para el trabajo, porque permitió una relación en la que se compartían saberes y experiencias, señala.
Por su parte, María Belén Sáez, directora de Patrimonio Cultural de la U.N., recuerda que este proyecto experimental surgió como una iniciativa de los estudiantes que participaban del Salón Cano. “Ellos mismos se habían dado cuenta de que este ya no los satisfacía y que no tenían el control, porque era un proceso de selección muy conservador”, comenta.
Con el Laboratorio, los estudiantes ahora cuentan con control total sobre el desarrollo del proyecto, acompañados siempre por los tutores que comparten desde su experiencia, para mostrarles los estándares de trabajo de un museo profesional.
(Por: fin/ALP/MLA/LOF)N.° 73