Salud
Dieta baja en Fodmap ayudaría a controlar colon irritable
Reemplazar el consumo de carbohidratos de cadena corta, fermentables y alcoholes (Fodmap), que son mal absorbidos en el intestino delgado y que se encuentran en alimentos como trigo, cebolla, ajo, legumbres, lácteos, manzanas y edulcorantes, entre otros, ayudaría a tratar el síndrome de intestino irritable (SII).
Bogotá D. C., 13 de octubre de 2020 — Agencia de Noticias UN-Dietas bajas en Fodmap son una alternativa nutricional para tratar el síndrome de intestino irritable (SII). Fotos: archivo Unimedios.


Estos componentes se encuentran en alimentos como trigo, cebolla, ajo, legumbres, lácteos, manzanas y edulcorantes, entre otros.


Estos componentes se encuentran en algunos alimentos que aunque en personas sanas no representan ninguna alteración, en aquellas con el síndrome o colon irritable –como se le llama coloquialmente–, la absorción de nutrientes resulta parcial o insuficiente, por lo que evitar o reemplazar el consumo de algunos de estos alimentos puede mejorar la calidad de vida de quienes padecen dicha afección.
Así lo detalla la investigación de Laura Viviana Rincón Rojas y Laura Marcela Ahumada Ossa, nutricionistas dietistas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quienes vieron la necesidad de crear un protocolo de investigación para evaluar el manejo nutricional del SII.
El colon irritable es un trastorno gastrointestinal funcional crónico, que por lo general corresponde tanto a una distensión abdominal –de al menos una vez por semana en los últimos tres meses– como a una alteración en la defecación, en su frecuencia o consistencia.
Aunque no se ha esclarecido la causa puntual del síndrome, sí la de muchos factores que influyen, entre ellos la alteración de la comunicación entre en cerebro y el intestino, situaciones de estrés, depresión y ansiedad, intolerancia a algunos alimentos, infecciones, sensibilidad visceral, alteración en la microbiótica del intestino, predisposición genética y desórdenes en el sistema inmune.
En todo el mundo existe una prevalencia del síndrome del 11 al 12 %, siendo Suramérica la zona de mayor impacto con un 21 %.
En Colombia se ha registrado un aumento en la prevalencia del SII, que oscila entre el 9 y 18 % y se presenta más en mujeres, que en hombres. Casi el 80 % de ellas asiste a consultas con sintomatologías relacionadas.
Afecciones por alimentos con Fodmap
Los Fodmap son un tipo de carbohidratos que se componen de oligosacáridos –que contienen compuestos químicos y se encuentran en alimentos como ajo, cebolla, alimentos integrales, leguminosas, legumbres y leche–, disacáridos –presentes en lácteos y sus derivados–, y monosacáridos, que se encuentra en la fructuosa del mango, la miel, las manzana y las frutas en almíbar.
También se componen de polioles presentes en algunas bebidas y alimentos como champiñones, golosinas, chicles, aguacate, duraznos y ciruela. Estos son edulcorantes usados en dulces, bebidas o alimentos para personas con diabetes.
Según las nutricionistas, como el SII causa dificultad para absorber todos los componentes, los que se quedan en el intestino aumentan la carga de agua, lo que aumenta la velocidad del tránsito intestinal. Después, cuando llegan al colon, las bacterias fermentan estos compuestos sin absorber causando gases, hidrógeno, metano y ácido graso de cadena corta.
Esto a su vez produce hinchazón abdominal, dolor, diarrea y movimientos intestinales más rápidos que, sumados a factores de estrés y ansiedad, complejizan los síntomas.
Fases de la dieta
Según la revisión literaria realizada por las nutricionistas, la dieta baja en Fodmap consta de cuatro fases: una de eliminación (entre 2 y 4 semanas), en la cual se desechan por completo todos los alimentos altos en Fodmap; otra de reintroducción (entre 6 y 8 semanas), en la que lentamente se introducen cada uno de los grupos de Fodmap al cuerpo (por desafíos semanales).
La tercera fase es la de personalización (una semana) en la que se identifican cuáles son las intolerancias alimentarias de cada paciente para que su dieta pueda ser variada y sin restricciones de nutrientes; y por último está la fase de seguimiento, que puede durar entre 3, 6 y 12 meses.
No obstante, las nutricionistas aclaran que la dieta no se debe seguir con restricciones estrictas a largo plazo, ya que se pueden generar inadecuaciones en los nutrientes, por lo que esta debe hacerse con asesoría de un nutricionista, preferiblemente especializado.
(Por: fin/SMC/MLA/LOF)N.° 81