Educación
Construir la segunda independencia mediante la educación
“El 20 de julio ya pasó. Ya tronaron voladores, se habló del fetiche del florero de Llorente, se hicieron eventos aquí y allá, lo que resta por hacer es construir y afirmar la independencia".
Manizales, 08 de octubre de 2010 — Agencia de Noticias UN–De esta manera se expresó Gabriel Restrepo durante la Cátedra Abierta: Grandes Temas de Nuestro Tiempo en la UN en Manizales, al referirse a la tarea que hay que comenzar desde cada municipio del país, con el propósito de recibir de manera diferente el nuevo bicentenario que se aproxima.
Es así como para este sociólogo la segunda independencia no hay que buscarla por medio de las armas, sino de la educación y la cultura, como lo afirmó Simón Bolívar en el Congreso de Angostura del 15 de febrero de 1819, en el que para él la educación era el cuarto poder público.
“Si no educamos y no establecemos la democracia en la educación soberana entraremos en guerras, tal vez lograremos la paz, pero no consolidarla, ya que esta es tarea de la educación. Uno de los bicentenarios ha muerto, ahora hay que mirar el camino y construir con las generaciones del centenario una paz duradera a través de actos de educación y de cultura, mas no de guerra”, afirmó el conferencista.
Además, hay que buscar recuperar dos siglos de atraso mediante la educación y la cultura, permitiendo que las escuelas, los colegios y las universidades se conviertan en centros para crear ágoras, para hacer cabildos sin necesidad de salir heridos.
Frente a este aspecto, el sociólogo de la UN en Bogotá comentó: “Las armas nos dieron la independencia y no hay estados modernos donde el estado no tenga el monopolio legítimo de la violencia absoluta y victoria, pero esto necesitamos construirlo por medio de una paz negociada. Entonces lo que sí necesitamos urgente, sea cual sea la vía por la cual construyamos la unidad del estado, es afianzar la paz en una obra persistente”.
De manera que se debe buscar esta nueva independencia no por medios militares y políticos, sino a través del pensamiento, buscando ser universales, como una vez lo logró la capital caldense con uno de los renglones más importantes de la economía: el café.
Restrepo concluyó diciendo: “Manizales nos volvió universales a través del café, un producto también de la mentalidad, de la cultura, en este caso de la cultura entendida como cultivo del campo, pero también como cultivo de las ideas”.
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