Ciencia & Tecnología
Conocimiento se transfiere por distintas vías a la sociedad
En el esquema que une a las universidades con la industria, el Estado y la sociedad, la transferencia de conocimiento se realiza desde modalidades no comerciales, comerciales y de creación de empresas.
Bogotá D. C., 11 de marzo de 2021 — Agencia de Noticias UN-Se necesita actitud innovadora para pasar de la imaginación a la transferencia a la sociedad. Fotos: Unimedios.


Algunas universidades están orientadas a lo no comercial, en la cual la transferencia se hace a través de publicaciones o educación continua.


La modalidad no comercial es aplicada por universidades que no tienen una orientación distinta a la investigación académica, por ejemplo que incluyen publicaciones, seminarios, ponencias, educación continua y la formación de profesionales que crean empresas o se vinculan a industrias.
En el modo comercial, las universidades empiezan a fortalecer la extensión universitaria y pueden proveer consultorías, servicios de laboratorios a terceros, investigación conjunta, cesión, licenciamiento y derechos de propiedad intelectual.
El último modo es el de creación de empresa, en el cual aparecen emprendimientos tipo spin-off o de base científica, creadas en universidades, y de iniciativas tipo start-up.
En palabras de la ingeniera industrial Aída Fúquene, coordinadora del equipo de transferencia de conocimiento de la Sede Bogotá de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), el núcleo del desarrollo económico y social se centra ahora en el conocimiento, en cómo se contextualizan los datos para darle sentido a la información, tomar decisiones, resolver problemas y obtener resultados en forma de productos, servicios o sistemas.
Agrega que “a partir de la imaginación podemos crear conocimiento, o combinar nuevos conocimientos para modificar algo; cuando alteramos materiales o procesos es innovación tecnológica, pero si modificamos una situación de vulnerabilidad de las comunidades, se habla de innovación social, también se habla de innovación pedagógica, y de otros apellidos a la innovación dependiendo del para qué”.
Para que se genere valor en ese camino hay un proceso de actitud innovadora, que es el primer paso, en el que no solo se tiene la capacidad imaginativa o creativa, sino que se complementa con la perseverancia y la disciplina, además de exploración, investigación, diseño, comunicación, y por último la transferencia a la sociedad.
La ingeniera Fúquene señala además que “tener tanta información puede ser tan dañino como no tener ninguna porque se pierde el rumbo, que no se trata de inventar la rueda, sino aprovechar la información ya producida”.
“La transferencia del conocimiento concreta ese proceso; por ejemplo con los celulares, no es que se inventen todos los componentes con cada modelo, sino que se usan los desarrollos y conocimientos previos”, subraya.
Licenciamiento y propiedad intelectual
“Una licencia es el consentimiento del titular para que un tercero utilice la propiedad intelectual a cambio de dinero, como regalías, o algo de valor”, indicó la coordinadora Fúquene durante ciclo de conferencias de propiedad intelectual y transferencia de la UNAL.
Al respecto, recordó que se convierte en una trasferencia real cuando el licenciante ofrece la tecnología y los conocimientos al licenciatario, y este aprende a usarlos, adaptarlos, e incluso mejorarlos.
Existen otras relaciones comerciales como franquicias, adquisición de marca, fusión, spin-off, explotación comercial, acuerdos de colaboración de investigación o desarrollos conjuntos.
La ingeniera Fúquene recordó que en el entorno universitario los estudiantes o investigadores pueden generar actividades que dan resultados, pero no siempre son propiedad de la universidad.
Si ese conocimiento se convierte en una empresa se puede hablar de start-ups, pero cuando el conocimiento sí es propiedad de la Universidad, y se crean empresas derivadas del ámbito universitario, se llaman spin-off.
Estas empresas se rigen por la Ley Spin-off, creada en 2017, según la cual, por lo general, la universidad y la empresa derivada comparten riesgos y beneficios a través de cuatro modelos: independiente, en el cual el investigador crea una spin-off pero no tiene participación accionaria de la universidad; vinculada, cuando las instituciones crean la spin-off solas o con participación del investigador; join venture, cuando las universidades y un tercero crean la marca; y subsidiaria, en la que un tercero crea la empresa para explotar resultados de las instituciones y no tienen participación accionaria de la universidad.
Por último, la coordinadora Fúquene explicó que aunque se produce bastante conocimiento, hace falta profundizar en la transferencia, pues aunque existe la patente, en ocasiones se ve limitada y no se piensa en para qué, en los interesados, en las necesidades.
“Se dice que la universidad es una minita de oro, pero no saben por dónde buscar ni explorar ese conocimiento para que no se quede en las tesis o artículos, sino que puedan impactar”, destaca la académica.
(Por: fin/AMV/MLA/LOF)N.° 643