Artes & Culturas
Con libro, la U.N. rinde homenaje póstumo a María Claudia Romero
Presencia de la Modernidad en Colombia es el título del libro que publicó recientemente la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), por medio de la Facultad de Artes, la Maestría en Conservación del Patrimonio y el Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE), en honor a la trayectoria y obra de la arquitecta María Claudia Romero Isaza.
Bogotá D. C., 04 de diciembre de 2017 — Agencia de Noticias UN-El Instituto de Investigaciones Estéticas y la Facultad de Artes rindieron homenaje póstumo a la profesora María Claudia Romero Isaza. Foto: Archivo MinCultura.


“Presencia de la Modernidad en Colombia” es el título de la tesis de maestría de la arquitecta María Claudia Romero.


Docentes, colegas, estudiantes y familiares de la arquitecta –fallecida en 2015– se dieron cita en el Auditorio Margarita González de la Facultad de Ciencias Humanas de la U.N. Sede Bogotá para asistir al lanzamiento de la publicación de su tesis de maestría.
La publicación del libro sobre la investigación de la profesora Romero –quien fuera docente y directora del IIE– es un símbolo del aprecio de sus pares, compañeros de docencia y autoridades académicas de la Facultad. De ahí que con este homenaje póstumo se pretenda extender su legado a nuevas generaciones de estudiantes, profesionales y profesores.
Como su título indica, el estudio hace énfasis en la presencia de la Modernidad en la cultura colombiana en el siglo XIX e inicios del XX, y da cuenta de los procesos de introducción de las ideas modernas en el contexto nacional, las cuales, según la autora, se manifestaron en realizaciones artísticas, arquitectónicas o literarias dando lugar al proyecto de progreso cultural moderno en los primeros años del siglo XX, es decir a la expresión simbólica de una visión cultural alternativa a la tradicional de ese entonces.
Al respecto, Alberto Saldarriaga –hoy decano de la Facultad de Artes de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y quien fuera su director de tesis– menciona que “María Claudia construyó una mirada entonces inédita (en 1994) de la formación de la cultura moderna en Colombia. Aunque el texto es denso, su escritura fluida acerca al lector a un mundo que la autora presenta como una interpretación sorprendente del tema de la Modernidad en la cultura colombiana”.
Por su parte, Ricardo Rivadeneira, profesor asociado del IIE y compañero de docencia de la profesora Romero, señala que “su tesis de maestría fue un trabajo sobresaliente del cual su director, Alberto Saldarriaga Roa, seguro tiene ideas lúcidas y recuerdos muy vivos”. Recuerda que sus preocupaciones giraron alrededor de las obras de la Modernidad, empezando por la arquitectura del periodo de la Ilustración que abarca hasta el carácter patrimonial de los edificios construidos a comienzos del siglo XX en Bogotá.
La Expedición Botánica, la Comisión Corográfica y la fundación de la U.N. son tres grandes hitos colombianos que la autora analiza en el texto y los incorpora a lo que denominó el “gran proyecto cultural del siglo XIX”, antecedente del acercamiento de la cultura nacional al mundo de la Modernidad. Así mismo resalta la función de los intelectuales como educadores y conductores del progreso moderno.
Al respecto, la profesora Romero menciona en su texto: “la identificación de la segunda fase del proyecto del progreso cultural moderno en Colombia se desliga del contexto institucional oficial y recae en la indagación de los intelectuales que continúan el proyecto en sus más esenciales propósitos: el conocimiento y la educación como vehículos que conducen al bienestar y progreso en el porvenir, y la continuación de la definición del ser americano para ampliar la conciencia de pertenecer al mundo moderno y a la cultura occidental”.
De esta manera, con el acto conmemorativo en el que se realizó el lanzamiento del libro se rindió homenaje a María Claudia Romero, a su memoria que continúa viva en el pensamiento de aquellos que la conocieron y la recuerdan con profundo cariño.
“A María Claudia la recordamos caminando por los pasillos de la Facultad de Artes, en conversaciones prolongadas con estudiantes y colegas que la interceptaban para recibir consejos administrativos o para dialogar sobre temas históricos y culturales. […] Bajo su mandato, el Instituto fue un lugar amable, un espacio excelente para investigar y compartir la docencia”, recuerda el profesor Rivadeneira.
(Por: fin/DG/MLA/LOF)N.° 913