Ciudad & Territorio
Comunidad fortalece protección ambiental y cultural de Usme
“Los bordes de la localidad de Usme son espacios con diversos significados por parte de sus habitantes, con múltiples formas de control a la expansión urbana, sin límites definidos y en los que prima el trabajo y la protección del medioambiente".
Bogotá D. C., 15 de octubre de 2020 — Agencia de Noticias UN-Por la localización de numerosos proyectos residenciales, áreas comerciales e infraestructura dotacional, Usme es un espacio estratégico. Fotos: Martha Bernal.


Construcción de viviendas en propiedad horizontal que avanza sobre áreas de conservación del Parque Entre Nubes.


Así lo señala Martha Isabel Bernal Mora, magíster en Geografía de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), quien en su investigación realizó una inmersión profunda en las dinámicas de los diferentes actores y las múltiples territorialidades de esta localidad de Bogotá.
La presión que ha ejercido allí la urbanización en los últimos cincuenta años ha generado espacios con mezcla de uso del suelo en los que convergen diversas formas de apropiación por parte de instituciones públicas, entidades privadas, familias campesinas, antiguos pobladores urbanos y la creciente población que habita en viviendas de propiedad horizontal.
En la investigación se evaluaron tres casos de estudio: Borde 1 (Ciudad Usme-Veredas Bajas), Borde 2 (Bolonia-Parque Entre Nubes) y Borde 3 (Brazuelos-Parque Cantarrana).
En cada uno de ellos se usó una metodología basada en el pluralismo metodológico –postura que implica una visión profunda de los métodos para evitar que se imponga y limite a un consenso restrictivo–, junto con técnicas como cartografía participativa, recorridos territoriales, mapeo de actores, entrevistas semiestructuradas a algunos de los actores más representativos de la zona, y fotointerpretación de imágenes aéreas, entre otros, que permitieron construir el conocimiento desde y en el territorio.
El Borde 1 se muestra como el más diverso; allí hay mayores sinergias entre sus habitantes, la urbanización ha llegado con mayor rapidez, hay más actores identificados y una alta riqueza de organizaciones rurales, a diferencia del Borde 3, donde hasta ahora están llegando las constructoras y predominan lotes vacíos.
En este borde, muchas de sus organizaciones son de mujeres campesinas que se articulan con otras asociaciones femeninas urbanas para realizar actividades pedagógicas y que visibilicen la problemática de expandir la ciudad sin tener en cuenta factores ambientales.
Esta temática es ampliamente tratada por distintas organizaciones del territorio, en las cuales se abordan temas de cuidado del ambiente, recuperación ecosistémica e identidad propia: campesina, mujer, urbana y sujeto político, entre otros.
Por su parte, en el Borde 2 prima la identidad cultural de las distintas organizaciones que trabajan para frenar la expansión urbana y procurar la conservación del parque Entre Nubes.
Allí, otras de las sinergias se dan en los temas recreativos y de capacitación, además de actividades de reciclaje que fomentan el cuidado ambiental, no solo por parte de las organizaciones formales sino también desde diferentes ciudadanías y organizaciones.
Expansión urbana
La expansión de la localidad de Usme obedece –entre otras razones– a su ubicación en sur de Bogotá, caracterizada por ser montañosa, con riqueza ecosistémica, rodeada por bosques, suelos fértiles, nacimientos de agua, actividades campesinas agroecológicas y ganaderas; así mismo, es proveedora de oxígeno para la ciudad, agua, alimento, y posee una identidad campesina bastante importante.
Desde finales de 1990 se ha incrementado la formulación e implementación de decretos y leyes de ordenamiento territorial que le han abierto paso a los actores con capacidad para urbanizar. Según la investigadora, dichos instrumentos han contribuido a que la zona sea apetecida por los urbanizadores.
Los actores presentes en el territorio se categorizaron en “rural-antiguo”, que estaban allí antes de que la zona fuera urbanizada; “urbano-informal-antiguo”, quienes comenzaron a ocupar el espacio en el antiguo pueblo y llevan más de 30 años allí, como el caso de la Ciudadela del Oasis, donde las familias compraron terrenos urbanizados y fueron construyendo sin ninguna planeación urbana; “rural-reciente”, campesinos que han ocupado la zona de manera rural; y “nuevos-rurales”, quienes han comprado terrenos para construir granjas temáticas, restaurantes y turismo, entre otros usos.
Por último está la categoría “urbano-formal-reciente”, que contempla las nuevas formas de ocupación de vivienda horizontal, sobre todo por personas víctimas del conflicto armado y desplazados por fenómenos naturales, entre otros.
(Por: fin/SMC/MLA/LOF)N.° 91