Ciudad & Territorio
Comunidad afro proyecta construcción de viviendas rurales saludables
En la región bananera de las faldas de la Sierra Nevada de Santa Marta– la comunidad afrodescendiente de Sevilla, Magdalena proyectó la construcción de 31 unidades de vivienda adaptadas a sus terrenos y necesidades, participando en procesos de diseño colaborativo y en la realización de cartillas de autoconstrucción.
Bogotá D. C., 15 de noviembre de 2019 — Agencia de Noticias UN-La comunidad Afrodescendiente del municipio de Sevilla, en el Magdalena, proyecta construir sus propias casas a partir de un proyecto de Vivienda de Interés Social Rural (VISR)


Los Arquitectos David Moreno y Juan Pablo Pardo expusieron la iniciativa de vivienda rural saludable en la Semana Itinerante de la Salud Rural, organizada por la Facultad de Medicina en la UNAL.


La VISR alude a la importancia de construir pensando en el contexto geográfico, la topografía, los paisajes y características de la población rural.


La VISR fomenta un bien manejo de residuos sólidos, tratamiento de aguas negras, almacenamiento del agua para consumo y control de plagas.


Con el fin de proporcionarles una vivienda rural saludable y adaptada a los terrenos de la zona y a las tradiciones culturales de dicha comunidad, los arquitectos Simón Fique, David Moreno y Juan Pablo Pardo, de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) y ganadores de varios reconocimientos nacionales en proyectos de Vivienda de Interés Social Rural (VISR), ofrecieron talleres de diseño y construcción que dieron como producto final una cartilla en la que se explicaba el paso a paso para construir las viviendas.
David Moreno y Juan Pablo Pardo, quienes expusieron la iniciativa de vivienda rural saludable en la Semana Itinerante de la Salud Rural, organizada por la Facultad de Medicina de la UNAL, señalan que en los talleres se definieron dos prototipos de casas adaptables a terrenos planos o de alta pendiente y, posteriormente, en cartillas de autoconstrucción se definieron los procesos de construcción y la implementación de las redes de servicios: agua potable, alcantarillado, electricidad y manejo de residuos, entre otros.
Las casas serán construidas en topografías de ladera cercanas al río que pasa por el lote de la comunidad y alejadas de las áreas de inundación, con una cimentación adecuada conforme al estudio del suelo realizado.
El proyecto se hizo según la premisa de que “es mejor prevenir que curar”, que alude a la importancia de construir pensando en el contexto geográfico, la topografía, los paisajes y características de la población rural. Por esta razón se puso especial atención en el manejo de residuos sólidos, en el tratamiento de aguas negras, el almacenamiento del agua para consumo, la ventilación y el control de plagas.
Además, el diseño participativo permitió idear espacios de reunión de la comunidad y establecer caminos y zonas comunes funcionales y habitables, con el fin de que se sigan generando los encuentros propios de su cultura.
“Un punto complejo dentro del diseño fue cómo tratar las aguas residuales en un lugar como la Sierra Nevada. Para solucionarlo creamos una red de humedales artificiales que pudieran darle tratamiento a las aguas y verter aguas más purificadas al suelo. El agua potable se captó de las quebradas del mismo territorio y se sometió a procesos de clarificación, filtración y desinfección a fin de hacerla apta para el consumo humano” señala el arquitecto Moreno.
Por otra parte, para los desechos sólidos se dispusieron espacios adecuados, que además requirieren un componente importante de pedagogía para la separación de los residuos y el uso de los orgánicos como abono para los cultivos.
Ventajas de la vivienda rural saludable
En la construcción de VISR existen dos planteamientos opuestos: el primero se enfoca en una producción industrial en serie que se distribuye indiscriminadamente en las regiones, y el segundo –que resulta más adecuado– se fija en la formulación de proyectos de vivienda centrados en las necesidades de los territorios rurales, que incluye capacitación a las comunidades y apoyo profesional en la construcción de espacios o el mejoramiento de las casas ya existentes.
En ese sentido, explican, “a mitad de camino entre estas dos estrategias, el proyecto propone un sistema espacial, formal, dimensional y constructivo constituido por unos componentes cuya combinatoria configura diversos prototipos como alternativa a la oferta usual en serie y aplicado indiscriminadamente. Lo producido en serie son, entonces, los componentes de la vivienda. La diversidad en la configuración de los prototipos y su cuidadosa implantación, en relación con las condiciones específicas de la población y del sitio”.
La vivienda rural saludable controla, por ejemplo, las plagas en los territorios rurales proponiendo desde la construcción materiales como anillos de protección contra insectos, que mejoran la salud de las personas. Así mismo, si los proyectos de vivienda social tienen en cuenta la separación de aguas grises y negras, las aguas para consumo humano y la captación de agua lluvia, las viviendas, entendidas como un espacio vital, resultan habitables.
Al respecto, el arquitecto Moreno señala que “la participación de la comunidad es fundamental para la correcta y sostenible realización de proyectos en los territorios rurales”.
(Por: fin/IAR/dmh/LOF)N.° 930