Desarrollo Rural
Carpa y lechuga, combo productivo en Sumapaz
Un sistema de cultivo para peces y hortalizas, construido a partir de un entramado de tuberías por las que circula una corriente continua de agua, fue desarrollado por estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.).
Bogotá D. C., 13 de junio de 2018 — Agencia de Noticias UN-Como la lechuga es una planta resistente a cambios de temperatura, el cultivo no se vio afectado. Fotos: Santiago Rodríguez – Unimedios.


Los estudiantes aconsejan no pegar los tubos del sistema para facilitar su limpieza. Foto: Santiago Rodríguez, Unimedios.


Aunque la caída del agua hacia los estanques es suficiente para oxigenarla, la desconexión de las bombas afectó a algunos de estos.


El Peama Sumapaz cuenta con el apoyo de las facultades de Ciencias Agrarias, Medicina Veterinaria y de Zootecnia, Ingeniería y Enfermería.


El método optimizaría la productividad de pequeños cultivadores de lechugas y peces tipo carpa, quienes podrían diversificar su actividad por medio de un proceso que no requiere mayor espacio y contribuye a desestimular el uso de sustancias químicas.
“Como la idea es que el alimento para los peces también sirva como nutriente para las plantas, hicimos una serie de valoraciones en las que se consideró usar distintas proporciones de concentrado y una planta macrófita conocida como lenteja de agua”, explica el estudiante Víctor González, de Ingeniería Agrícola del Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (Peama).
Para el proyecto –desarrollado en la localidad rural de Sumapaz– se utilizaron tres tubos blancos de PVC con 1 m de longitud y 5 cm de diámetro (2 pulgadas), y tanques con capacidad de almacenar 600 L de agua. Mientras que en el primero de los tanques se manejó una proporción de 50-50 de concentrado y lenteja, en el segundo fue de 70 % de concentrado y 30 % de lenteja, y en el tercero se usó solo concentrado.
Con el fin de evaluar la eficacia de cada una de las dietas de los peces, se tuvieron en cuenta factores como peso, ancho y longitud, mientras que en el de las plantas se consideró la altura y cantidad de hojas, además de los nitritos, nitratos, y grado de acidez y temperatura del agua.
De estas observaciones se concluyó que la dieta 50-50 resultaba más eficiente para plantas, pues en la lechuga se observó un crecimiento considerable, aunque en los peces se mantuvieron su peso y talla sin mayores variantes en los tres casos.
“Ya que la carpa es un pez que sobrevive a una temperatura de entre 22 y 32 oC, y la temperatura máxima del invernadero donde se encontraban los tanques era de 17 oC, el cultivo se vio afectado”, explica la estudiante Lady Palacios, de Ingeniería Agrícola.
Llama la atención el hecho de que al desconectar las bombas de oxígeno en la noche, producto de cortes en el servicio de energía, también se evidenció la muerte de algunos peces.
Dado que el frío obliga a los peces a mantenerse en el fondo del estanque, el proceso para que suban a la superficie a consumir el alimento se ve alterado.
Para el caso de la espinaca, el resultado tampoco resultó ser muy bueno, ya que ninguna de las plantas se desarrolló debido a que la lenteja de agua terminó por absorber todo el nitrógeno, elemento indispensable para garantizar el crecimiento de esta verdura.
En circunstancias ideales y realizando los ajustes necesarios para elevar la temperatura del invernadero, se estima que la producción de carpas podría tener periodos de cosecha cada seis meses. Esta situación mejoraría considerablemente las condiciones de seguridad alimentaria en la región.
(Por: Fin/JCMG/MLA/LOF)N.° 723