Salud
Calidad de vida, más social que económica
Un total de 40 personas de la localidad de San Cristóbal, en el sur de Bogotá, usuarias de un programa de promoción de la salud cardiovascular, fueron sometidas a un estudio para identificar sus conocimientos sobre calidad de vida.
Bogotá D. C., 27 de mayo de 2015 — Agencia de Noticias UN-Contrario a lo que pueda pensarse, a pesar de que los entrevistados pertenecían a estratos 1 y 2, la gran mayoría relacionan calidad de vida con conductas que favorecen la salud en general y no con aspectos económicos.
“Sin salud y sin tomarse la droga para la tensión uno no es nada”. “Calidad de vida es el ejercicio que hacemos”. “No comer muchas harinas y remplazarlas por frutas”. Estos fueron algunos de los comentarios al respecto.
Se entrevistaron 32 mujeres y 8 hombres mayores de 55 años y con escolaridad básica primaria incompleta, entre tercero y cuarto de primaria.
Solo ocho de los entrevistados relacionaron calidad de vida con aspectos económicos, como se vio en los siguientes testimonios: “Calidad de vida es tener tranquilidad y tener todo lo que se necesita: comida y techo”. “5.000 pesos no alcanzan para nada, uno cambia el billete y no sabe en qué se va la plata”. “Es tener tranquilidad, porque mi esposo me dejó una casita, pero hipotecada, y creo que pronto me la van a quitar y puedo quedar en la calle”.
Asimismo, 14 de los consultados manifestaron creencias relacionadas con aspectos sociales: “Es tener todas las garantías de estar bien”. “Tener un lugar donde reunirse, hablar de lo que uno sienta, ya sea de sus cosas buenas o sus problemas”. “Es estar bien con los vecinos y familiares; es estar tranquilo”.
Ante estos resultados, la profesora Renata González, decana de la Facultad de Enfermería de la U.N., comentó que si bien es cierto que las necesidades básicas y primordiales del ser humano son indiscutibles e indispensables para hablar de calidad de vida, esta última no depende de ellas, como lo demuestra el estudio.
“Debe ser una actitud interna que cada ser humano tiene frente a la forma como asume su propia realidad”, señaló.
Por eso, aunque socialmente la calidad de vida tiene que ver con una capacidad adquisitiva que permite vivir con las necesidades básicas cubiertas, la posibilidad de compartir con otros genera grandes satisfacciones dentro de los entrevistados.
“Esto nos muestra la importancia que representa para ellos sentirse bien desde el punto de vista emocional y afectivo con sus seres queridos, sean familiares, vecinos o compañeros de grupo”, afirmó la profesora Renata González.
Así, al unir los aspectos emocionales con los sociales se logró establecer que el 64,1 % de las personas entrevistadas consideran sus creencias relacionadas con calidad de vida muy por encima de los aspectos económicos 20,5 %.
(Por: Fin/hesp/dmh/AC)N.° 477