Artes & Culturas
Boxeo no brilla en Bogotá, pero da prestigio en la Costa
Mientras en la capital y el interior del país por lo general se le ve como un deporte bárbaro, en la Costa Atlántica se trata de una práctica que da un importante estatus social.
Bogotá D. C., 03 de mayo de 2017 — Agencia de Noticias UN-En su libro La experiencia de ser boxeador en Bogotá: un ejercicio etnográfico en el mundo de las narices chatas (Editorial UN, 2016), el sociólogo David Leonardo Quitián, magíster en Antropología de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), relata cómo en el imaginario de la capital se mantiene la idea de que, por nada del mundo, uno puede mandar al hijo, al sobrino o a algún familiar a pelear y a practicar un deporte considerado rudo, violento y bárbaro.
Por el contrario, en lugares como Barranquilla, Cartagena y San Basilio de Palenque –visitados durante la investigación para el libro– aún se promueve una práctica relacionada con una cuestión de honor y prestigio: “en varias calles de Cartagena vi niños organizando pequeñas peleas de boxeo”, comenta el investigador.
En ese sentido, según el autor, “desde la antropología se puede ver cómo en Colombia existe una relación directa entre la geografía y el deporte. En Boyacá y Cundinamarca el ciclismo es la práctica insignia; en la Costa Pacífica es el fútbol, y en la capital, de igual manera, el fútbol, el voleibol o el baloncesto”.
Con respecto al boxeo, se le ha visto como una conquista de la población afrodescendiente: un escenario en el que ellos se reivindicaron, triunfaron y se aseguraron un papel importante en la sociedad.
Kid Pambelé, por ejemplo, sigue siendo un personaje representativo en la cultura popular, al que se le celebra todo, que tiene concesiones, al que, en algunos sitios públicos no le cobran la entrada por ser “el campeón”. Por el contrario, el sociólogo ilustra que en la capital nunca le celebraron eso, y ahí se notó el choque cultural.
“Me quedo con una idea que me planteó el historiador Raúl Porto Cabrales: no es lo mismo poner en el ring a un niño de la Costa Atlántica, que creció al lado del mar, imitando una tradición cultural de varios años, que a un pequeño de una gran ciudad, cuyos movimientos son más calculados, medidos y tímidos”.
Completa inmersión
El investigador Quitián quiso meterse de lleno en el mundo de los boxeadores que iban a representar a Bogotá en los Juegos Nacionales de 2012 y, de entrada, se dio cuenta de que la mayoría provenía de sitios de la Costa Atlántica como San Onofre (Sucre), Barranquilla y San Basilio de Palenque.
Estos deportistas fueron traídos a Bogotá para ganar medallas y contrarrestar la hegemonía de Valle y Antioquia en las justas nacionales: “ellos no sentían que estaban traicionando su tierra; por el contrario, significaba un gran orgullo triunfar en la capital y lo consiguieron, pues el equipo, en efecto, ganó varias medallas”.
El antropólogo Quitián, que narra toda su experiencia en el libro, incluso entrenó con los púgiles, a lo que comenta: “como boxeador, creo que soy un buen antropólogo”.
“Me inspiré en el periodismo literario para que esta tesis de maestría se convirtiera en una novela. Considero que, en parte, la antropología también es ficción”.
Esta obra es una de las novedades editoriales de la U.N. para la Feria Internacional del Libro de Bogotá, Filbo 2017, que se llevará a cabo hasta el 8 de mayo.
(Por: fin/JFMM/MLA/LOF)N.° 683