Salud
Apoyo emocional es vital para superar la enfermedad renal
La calidad de vida de estos pacientes se altera más por las dimensiones: espiritual, psicológica y social, que por la condición física como tal, revela investigación de la Facultad de Enfermería.
Bogotá D. C., 22 de mayo de 2013 — Agencia de Noticias UN-Según el Fondo Colombiano de Enfermedades de Alto Costo, la enfermedad renal crónica (ERC) es considerada un problema de salud pública en el mundo debido a su prevalencia e incidencia creciente en la población.
Esto se debe a su importancia relativa en la carga de enfermedad del país, su comportamiento crónico o permanente, su potencial letal y el importante gasto para el sistema de salud, dado que requiere una alta complejidad técnica en su manejo.
Según médicos nefrólogos, en Colombia el 10% de la población podría sufrir una ERC, patología considerada un enemigo silencioso que puede generar el daño total del riñón, lo que obliga a que el paciente requiera un trasplante.
Calidad de vida
El trasplante renal es una alternativa terapéutica cuyo propósito es mejorar la calidad de vida de las personas que padecen la enfermedad.
La indagación de la UN se dio a la tarea de establecer la relación entre el soporte social percibido y la calidad de vida de personas con este padecimiento, sometidas a trasplante renal.
De acuerdo con Judith Medellín Olaya, magister en Enfermería con énfasis en Cuidado al Paciente Crónico de la UN: “la experiencia de la persona sometida a esta intervención implica para el equipo de salud y, en especial, para el profesional de enfermería, la generación de estrategias de soporte social”.
Motivo que la llevó a realizar el estudio “Soporte social percibido y calidad de vida de personas con ERC sometidas a trasplante renal”.
Encontró que “esas destrezas deben estar centradas en la educación, guía y retroalimentación para que incidan sobre la adherencia al tratamiento, la disminución de complicaciones y en la calidad de vida de los pacientes”.
En el análisis hizo una caracterización socio-demográfica de las personas con enfermedad renal crónica sometidas a trasplante renal. “La mayoría son hombres con edades entre los 18 y 60 años”.
La calidad de vida de los pacientes analizados se encontró alterada en los ámbitos sociales, espirituales, psicológicos. Y en menor proporción se perturbó la dimensión física, que se afecta por el dolor como efecto del trasplante.
En el soporte social percibido, los mayores puntajes se identifican en las dimensiones “guía” e “interacción social”, y los menores, en la “interacción personal”.
En el estudio no se identificó la correlación estadística significativa entre calidad de vida y soporte social percibido en personas con enfermedad renal crónica sometida a trasplante renal.
“Se puede aceptar la hipótesis nula de que no existe relación estadísticamente significativa entre las dos variables”, explicó la magister.
La investigación demostró que la asistencia y el apoyo emocional y sicológico permiten a los pacientes “afrontar el impacto en cuanto al nuevo tratamiento y a continuar su condición de paciente crónico”.
Se recomiendan nuevos estudios posteriores para consolidar propuestas de intervención en salud con tengan impacto sobre las necesidades de los enfermos crónicos.
(Por: Fin/LDC/CAPG/nics/Fgd)N.° 132