Salud
Ácido láctico y frecuencia cardiaca máxima ayudan a estimar sobreentrenamiento
La revisión sistemática de estudios realizados a deportistas de disciplinas como natación, atletismo, ciclismo, triatlón, esquí y navegación evidenció que la concentración de lactato en sangre y la frecuencia cardiaca máxima son indicadores para diagnosticar este síndrome que afecta principalmente a los atletas de resistencia.
Bogotá D. C., 17 de octubre de 2018 — Agencia de Noticias UN-Cifras reportadas indican que la prevalencia del síndrome oscila entre 5 y 60 %. Fotos: archivo particular.


El ácido láctico se produce en el interior de las células musculares, debido a la combustión incompleta de la glucosa.


Se tomaron investigaciones que analizaron el sobreentrenamiento en disciplinas como natación, atletismo, ciclismo, triatlón, esquí y navegación.


Jennifer Sandoval, magíster en Fisioterapia del Deporte y la Actividad Física, de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), explica que después de revisar más de 200 artículos halló que la exposición a esfuerzos prolongados de alta intensidad reduce de manera sustancial las reservas de glucógeno hepático y muscular, lo cual afecta las concentraciones de lactato y la producción de trifosfato de adenosina (ATP), una molécula fuente de energía.
El ácido láctico se produce en el interior de las células musculares, debido a la combustión incompleta de la glucosa. Cuanto menos oxígeno llegue al músculo –por levantar pesas o correr a alta velocidad, cuando hay mucha intensidad y poca duración–, más ácido láctico se genera.
Para entender el síndrome de sobreentrenamiento, la investigadora explica que este se puede identificar cuando el deportista no es capaz de responder a las cargas que se le proponen.
“Por ejemplo si un ciclista realizó de manera efectiva una rutina de 100 km durante un tiempo prolongado y luego aumenta la rutina a 200 km de manera abrupta y no puede responder al incremento, se considera sobreentrenamiento”, explica la investigadora.
Precisa que cuando se está entrenando es normal sentir fatiga, aunque si esta se prolonga y el deportista no puede responder física y psicológicamente se debe entrar a evaluar por qué no logró recuperarse dentro de un tiempo estimado.
Explica que la frecuencia cardiaca máxima es el máximo número de latidos que puede alcanzar el corazón durante 1 minuto sometido a esfuerzo. “Por ejemplo cuando se practica la marcha rápida, la frecuencia cardiaca está entre un 60 y un 75 %, si llegase a aumentar, se puede considerar que hay un sobreentrenamiento”.
El estudio muestra que las cifras reportadas de prevalencia para el síndrome son bastante diversas y oscilan entre 5 y 60 %, según la metodología utilizada para el diagnóstico. Además se considera que hay un riesgo de reincidencia de hasta 91 %, lo cual es aún más preocupante.
La investigadora explica que este síndrome integra varios factores internos y externos. Esto se puede evidenciar, por ejemplo, cuando la persona presenta lesiones de manera recurrente, cuando hay una fatiga física y mental, y esta afecta la ejecución del proceso deportivo.
En el aspecto psicológico también se pueden presentar cuadros depresivos, baja autoestima, irritabilidad, pérdida de interés en la práctica deportiva o enfermedades de otro tipo como del sistema respiratorio, gripas recurrentes y gastroenteritis. Por eso es pertinente que el deportista realice chequeos permanentes.
En la investigación también se analizaron variables como el cortisol, la creatina quinasa, que es una enzima expresada en varios tejidos y tipos de células, y la cantidad máxima de oxígeno que el organismo puede absorber. No obstante, varios estudios coincidieron en el lactato y la frecuencia cardiaca máxima.
(Por: fin/DGH/dmh/LOF)N.° 412